viernes, 5 de marzo de 2010

Favola... ¿Qué clase de mundo viviría el hombre, sin pecado y sin dones?


Aprovechando múltiples excusas para asistir al Vinitaly 2007... Finalmente logré armar viaje y fui con mi nonna Mila a Italia. Pasamos por Brescia, Lago di Garda, Firenze, Venezia, Franciacorta, Verona y otros pequeños pueblos que seguro estarán anotados en alguna parte de las innumerables libretas que siempre me acompañan.

Al Vinitaly 2007 fui con una prima italiana que trabaja en una bodega en Franciacorta. Ya dentro de la gran feria, ella se dirigía a su stand mientras yo caminaba sin destino, probando todos los vinos que me llamaban la atención. Un día me acompaño el enólogo de una bodega, un tipo joven, muy guapo, quien me mostró unos vinos inolvidables (aunque la verdad no me acuerdo de ningún nombre en este momento). En fin, uno de esos días, que recorría sola los pasillos, me topé con un stand diminuto que tenía una ventanilla y un par de señoras dentro. Leí que decía: "Le Donne del Vino" así que me acerqué... estaban allí para vender un libro solamente, lleno de historias. Como toda la vida me he gastado el dinero en libros, vinos y comida ésta no podía ser la excepción y me lo compré... no aguanté pues.

Cuando llegué a la casa de la prima en la noche, a mi nonna le iba dando un infarto por que me decía: "pero Lala!!! tu eres un peligro, no te das cuenta que los libros pesan muchísimo!!! entre ellos y las botellas vamos a tener que pagar casi otro pasaje por sobre peso de regreso a Venezuela!!!". Le respondí con un clásico: "ay ya Mila tranquila, no va a pasar nada". Efectivamente no pagamos ni un centavo, (menos mal la verdad).

Regresando al libro, cuando llegamos a Venezuela, luego de tantos lamentos, mi nonna se apoderó de él por ser tan hermoso y lo tenía en su mesita de noche leyéndolo constantemente. Les explico de qué se trata el libro… La Asociación Nacional de Mujeres Amantes del Vino de Italia realizó una selección literaria desde el 2005 al 2006, recopilando de la mano de sus miembros: productoras hoteleras, enólogas, sommeliers, periodistas... en fin todas las mujeres vinculadas a promover el consumo responsable del vino en el mas amplio sentido.

El libro se llama "Il racconto mai scritto", que en español pudiera traducirse en: "El relato jamás escrito". Está lleno de cuentos y fábulas maravillosas... pero hubo una, la ganadora del primer premio Categoría "Le Donne del Vino", que entre mi nonna y yo (mas mi nonna que yo sinceramente ;-p) tradujimos del italiano al español para compartir con todo el mundo. Es un poco mas larga de lo que escribiré a continuación, sin embargo, el mensaje queda claro y estoy segura que la fantasía, la imaginación y todos los sentidos se despertaran con solo leer este relato llamado : "Favola" escrito originalmente en italiano por Maria Cristina Oddero. Aquí les va:

“...y así nació una nueva tierra mágica, una nueva Atlántida, conformada por aguas turbulentas que socavan rocas y redondas colinas en fila, como ondas que se sobreponen. Creadas durante las iras de Neptuno o Lucifer, al aparecer durante el inicio de los nuevos días, parecían esperar quedamente la llegada de seres vivientes que las habitasen. Tres lunas y tres pequeños soles se alternaban sobre ellas, suministrando un tibio calor y luces de terciopelo.


Adán y Eva yacían desmayados sobre la tierra, luego del violento aterrizaje que les había llevado a ese planeta. El aparato se había estrellado contra las rocas del río. Habían perdido irremediablemente, la posibilidad de regresar. Como náufragos, iniciaron la exploración de la nueva tierra. Durmieron sobre la tibia hierba de las noches de verano y saborearon los pequeños duraznos de la colina.


Un amanecer les vio surgir de las retorcidas ramas de las vides. Debajo esas tupidas y anchas hojas, asomaban los racimos coloreados de azul, plenos de frutos oscuros, como si fuesen perlas de un océano profundo. Eva comprendió de inmediato, se lo esperaba. Le habían advertido que debía ser precavida, no ofrecer presentes. Nuevo mundo, nueva vida. Belcebú arrepentido, les ofrecía una segunda oportunidad al renovar el reto en ese primer espacio.


Eva había visto la uva. Al compararla con la manzana le pareció aún más seductora, múltiple, deliciosa. Comenzó a desgarrarla, una por una…. Esa primera vendimia fue la más veloz de las que habrían de seguirle en los siglos por llegar. Sin amor hacia esos pequeños frutos duros y tensos, Eva arrancaba por igual, los ramos, las hojas y los sarmientos, tirándolos en una cuba de madera. Bajo sus pies vigorosos, se produjo un jugo morado, perfumado, que Adán al despertar, sonriendo, lo abandonó en una sombra.


Al finalizar los días de verano, Adán y Eva construyeron rápidamente un refugio y se encerraron en el, para esperar el invierno. La maligna magia del amor prohibido crecía impetuosa, rondando cada noche los corazones de Eva y Adán. No entregarse ni entregar, concentrarse solamente en el objetivo de ese mundo nuevo, al cual debían conferirle vida. Ningún error sería perdonado, ya que nadie se salvaría.


El deseo de quererse, de consolarse, de perdonarse, se transformaba cada noche en un dolor, en un llanto escondido, desgarrador. Y así…. llega la sublime noche del milagro. Las silenciosas lágrimas de Eva, comienzan a caer en la cuba de madera donde, meses antes, había fermentado el jugo de los granos azules. Adán reaccionó con el suave movimiento del vino, lo saboreó en repetidos sorbos, oliéndolo antes de recorrerlo con la lengua, llenando antes la boca y luego la garganta. Dulcemente apaciguado, se adormeció. Eva, a su lado lloraba, como suele suceder a las mujeres. Así pasaron la noche. Él seducido por un jadeante sueño, ella entre ardientes tremores. ¿Qué clase de mundo viviría el hombre, sin pecado y sin dones?


La perlada luz del amanecer intensificó su deseo de ceder, de abandonar esa dolorosa tarea. Acercó sus labios al vino y lo degustó lentamente, saboreándolo, circundándolo.


Cuando el sol fue llevado a lo alto del cielo, de esa primavera de mundo nuevo, Eva y Adán yacían dormidos, piernas y brazos entrelazados, labios y alientos unidos por el perfume de regaliz y rosas del primer BAROLO que degustaban.”

Éste relato lo leí en el evento Arte & Vino que realizó mi amiga y colega sommelier Maya Garcia en la ONG (Organización Nelson Garrido)... Luego de leer ésta “Favola”, no puede dejar de pensar en lo estupendo que es el vino, su cultura y sobre todo, lo maravilloso que es el ser humano que logra inspirarse en ese elixir… que a más de uno hace soñar con los ojos abiertos.

Santé!!!

Chateau Magnol

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